miércoles, 6 de mayo de 2009

En el año 64, la ciudad de Roma sufrió una catástrofe en la actualidad conocida como el Gran Incendio de Roma. En ésta la ciudad sufrió una destrucción de grandes proporciones que arrasó tanto con viviendas como con numerosos edificios y a la vez cobró un considerable número de vidas. Este hecho ocurre durante el periodo del emperador Nerón Claudio César Augusto Germánico. Como antecedente valioso para el analis habría que señalar que en el periodo emperador Nerón, numerosos episodios singulares (como la poco clara muerte de su enemigo político Británico y de su madre) unidos a su consolidación en el mando y el aumento en su poderío despertaron suspicacias entre algunos pobladores romanos de aquel tiempo.

Historiadores posteriores reflejan este recelo frente a su actuar, entre estos se encuentra
Suetonio. Éste como el encargado de los archivos imperiales logró acceder a cuantiosa información en la cual sentó las bases para crear su obra "La vida de los doce Césares". En este texto aborda la vida y obra de antiguos emperadores de Roma entre los que se encuentra Nerón y en él afirma que el incendio responde a una acción premeditada del emperador Nerón quien habría enviado a incendiar la ciudad debido a su inconformidad con la irregularidad de sus calles y con la arquitectura de los edificios. Una vez realizado su plan a tal punto habría llegado su gozo que habría celebrado cantando en lo alto de una torre de Mecenas. Posteriormente, una vez acabado el incendio, Nerón no habría generado acciones de ayuda a los afectados sino que por el contrario habría generado acciones que perjudicaron aún más a aquellos que habían padecido el desastre.

Es esta una de las visiones que más clasicamente ha sido transmitida, sin embargo, resulta interesante observar a otros autores que se refieren al incendio y que presentan una visión diferente de los hechos. Por citar a algunos, medianamente diferente es lo señalado por
Tácito en sus Anales donde no señala como directo responsable del incendio a Nerón (pese a que reconoce la existencia de rumores acerca de su autoría para poder reconstruir la ciudad a su agrado) sino que presenta como factible tanto la opción de una premeditación del incendio como la opción de que se debió a una situación meramente fortuita. Junto con lo anterior también señala que al contrario de lo relatado por Suetonio, Nerón sí habría acudido en ayuda de los pobladores afectados quienes se habrían mostrado algo reacios a recibir la ayuda por los rumores que circulaban. Debido a estas sospechas Nerón habría culpado a los cristianos comenzando una persecución en su contra. Otro historiador que se refiere al hecho en sus escritos es Plinio el Viejo, perteneciente a la época en la que ocurrió el suceso y que lo describe como un evento fortuito como tantos otros incendios que en aquellos años afectaban a la ciudad de Roma.

Los escritos de Suetonio mantienen semejanzas en cuanto al hecho mismo en relación con los demás autores ya que lo describe como un siniestro de grandes proporciones que afectó a la ciudad de Roma bajo el mandato de Nerón, sin embargo, presenta diferencias sustantivas al momento de establecer el origen del incendio. Suetonio enjuicia a Nerón como responsable del hecho señalándolo como un emperador que fué capaz de someter a la desgracia a su pueblo con tal de satisfacer sus propios intereses. Sin embargo las otras fuentes históricas presentan perspectivas relativamente diferentes que no neceseariamente enjuician de forma negativa a Nerón en relación a este suceso. Es por esto que para comprender bien este fenómeno y los juicios realizados por los autores también se debe analizar la génesis de cada una de estas posturas. Por ejemplo,
recientes revisiones críticas de los relatos de Suetonio señalan que éste adopta una visión imparcial frente a aquellos personajes que poseían una ideología política disidente, en este caso con Nerón. En cambio, Tácito un tanto más preocupado de la imparcialidad frente a la duda opta por presentar la gama de posibilidades y Plinio el viejo, debido a la escasa relevancia que le otorga no emite ningún tipo de comentario aparte de mencionar anecdóticamente el suceso. Aquí
se vé cómo diversos enfoques derivan en diversas versiones y cómo se han perpetuado mayormente algunas de estas ideas parciales hasta nuestros tiempos cesgando cierta parte del conocimiento llevando a sostener ciertas imágenes y juicios basados en comprensiones incompletas de lo acontecido.


1 comentarios:

Francisca González dijo...

ASPECTOS FORMALES CAMILA CHIRINO
1. Presenta citas bibliográficas que avalan sus argumentos: 1/2 puntos No hay citas explícitas, ése fue un aspecto que se explicó a partir del taller anterior
2. Presenta imágenes, citas, y links cuando sea pertinente: 3/3 puntos
3. Presenta una adecuada ortografía: 1/1 punto 1 falta ortográfica
CONTENIDO
1. Presenta los antecedentes que permiten comprender la actuación del personaje, acontecimiento o fenómeno histórico: 6/6 puntos
2. Aplica los conceptos de juzgar y comprender de la bibliografía del curso al personaje, acontecimiento o fenómeno histórico: 5/7 puntos ¿Dónde queda el comprender? Sólo das cuenta de las diferentes visiones, pero no incorporas los hechos históricos (qué edificios se destruyeron, número de personas muertas, etc.)
3. Presenta una breve reflexión personal en torno a lo que ha ocurrido con los conceptos de “juzgar” y “comprender” a lo largo de la historia: 5/5 puntos
El link de Plinio el Viejo no se encuentra disponible. Camila, faltaron desarrollar los aspectos descritos anteriormente. Felicitaciones por escoger un tema de la historia que es alejado y complejo para la mayoría de nosotros.
TOTAL: 21/ 24 PUNTOS
NOTA: 6,1